Están las palomas, aletean. Fin del minuto. Silencio. Cientos de palomas vuelan hacia mí, me cagan encima.

Ante un espejo insulso
frotas tus párpados
como plazas de un mercado vacío.

Árido en su coronilla, toma al cepillo con sus dedos de guitarra. Ya azul, la melena sigue creciendo, ¿o será que la piel se deshidrata

Ya sin el vestuario,
abandonas ese y todos tus diplomas
detrás de bambalinas.

¿Te vas a casar?

¿Cuándo?
Pronto
¿Con quién?
Conmigo
¿Quién eres?
Papá

desde un mismo brazo de la balanza
sacian la niñez con fábulas de fuentes.

"Ándenle no sean así, invítenla al juego".

Cierras los ojos y tragas de un bocado la hostia de tu linaje.

Nada entienden ellos de los vivos.

Un brillo sutil entre los jazmines. Una palabra,
su textura.

Decir yo. Sin creerlo. Desapareces por completo.

INFANCIA SE TIENE EN PRESENTE,

En el pretérito

DE LO NO OCURRIDO.

Sola
Entre peldaños de mármol
tiritas en la sala
y asumes lo irreversible:

Un minuto de silencio

Árido en su coronilla, toma al cepillo con sus dedos de guitarra. Ya azul, la melena sigue creciendo, ¿o será que la piel se deshidrata

desde un mismo brazo de la balanza
sacian la niñez con fábulas de fuentes.

Están las palomas, aletean. Fin del minuto. Silencio. Cientos de palomas vuelan hacia mí, me cagan encima.

¿Te vas a casar?

¿Cuándo?
Pronto
¿Con quién?
Conmigo
¿Quién eres?
Papá

Ante un espejo insulso
frotas tus párpados
como plazas de un mercado vacío.

"Ándenle no sean así, invítenla al juego".

Un brillo sutil entre los jazmines. Una palabra,
su textura.

Decir yo. Sin creerlo. Desapareces por completo.

Ya sin el vestuario,
abandonas ese y todos tus diplomas
detrás de bambalinas.

Cierras los ojos y tragas de un bocado la hostia de tu linaje.

Nada entienden ellos de los vivos.

INFANCIA SE TIENE EN PRESENTE,

En el pretérito

DE LO NO OCURRIDO.

Sola
Entre peldaños de mármol
tiritas en la sala
y asumes lo irreversible:

Tú escogiste el vestido de mamá. Era negro.

Un minuto de silencio

Fueron vasos de unicel unidos por cuerdas de caña, las subidas en bicicleta y las frentes raspadas.

Yo no doy
le pido
como el señor

el que ha quitado
el señor ha quitado.

Se les paga con memoria, moneda inestable de cada día.

Muerte no contiene a los fantasmas, de los vivos.

Malgaste. Velar lo velado. ¿Quién o qué se ocupa de lo que no se reveló?

Extiende la madeja umbilical. Busca el hueco en la cabeza de una aguja. ¿Quieres que te la cosa? Estiras los pies sobre la cama. Cósela para que me acompañe en la luz, porque en la oscuridad no la necesitas. Cose de una vez este saco desfundado. Lo precisas para jugar.

Árido en su coronilla, toma al cepillo con sus dedos de guitarra. Ya azul, la melena sigue creciendo, ¿o será que la piel se deshidrata

desde un mismo brazo de la balanza
sacian la niñez con fábulas de fuentes.

"Ándenle no sean así, invítenla al juego".

Están las palomas, aletean. Fin del minuto. Silencio. Cientos de palomas vuelan hacia mí, me cagan encima.

¿Te vas a casar?

¿Cuándo?
Pronto
¿Con quién?
Conmigo
¿Quién eres?
Papá

Un brillo sutil entre los jazmines. Una palabra,
su textura.

Decir yo. Sin creerlo. Desapareces por completo.

Cierras los ojos y tragas de un bocado la hostia de tu linaje.

Tú escogiste el vestido de mamá. Era negro.

Fueron vasos de unicel unidos por cuerdas de caña, las subidas en bicicleta y las frentes raspadas.

Se les paga con memoria, moneda inestable de cada día.

Ante un espejo insulso
frotas tus párpados
como plazas de un mercado vacío.

INFANCIA SE TIENE EN PRESENTE,

En el pretérito

DE LO NO OCURRIDO.

Sola
Entre peldaños de mármol
tiritas en la sala
y asumes lo irreversible:

Un minuto de silencio

Extiende la madeja umbilical. Busca el hueco en la cabeza de una aguja. ¿Quieres que te la cosa? Estiras los pies sobre la cama. Cósela para que me acompañe en la luz, porque en la oscuridad no la necesitas. Cose de una vez este saco desfundado. Lo precisas para jugar.

Ya sin el vestuario,
abandonas ese y todos tus diplomas
detrás de bambalinas.

Yo no doy
le pido
como el señor

el que ha quitado
el señor ha quitado.

Muerte no contiene a los fantasmas, de los vivos.

Malgaste. Velar lo velado. ¿Quién o qué se ocupa de lo que no se reveló?

desde un mismo brazo de la balanza
sacian la niñez con fábulas de fuentes.

Árido en su coronilla, toma al cepillo con sus dedos de guitarra. Ya azul, la melena sigue creciendo, ¿o será que la piel se deshidrata

"Ándenle no sean así, invítenla al juego".

Están las palomas, aletean. Fin del minuto. Silencio. Cientos de palomas vuelan hacia mí, me cagan encima.

¿Te vas a casar?

¿Cuándo?
Pronto
¿Con quién?
Conmigo
¿Quién eres?
Papá

Cierras los ojos y tragas de un bocado la hostia de tu linaje.

Un brillo sutil entre los jazmines. Una palabra,
su textura.

INFANCIA SE TIENE EN PRESENTE,

En el pretérito

DE LO NO OCURRIDO.

Sola
Entre peldaños de mármol
tiritas en la sala
y asumes lo irreversible:

Ante un espejo insulso
frotas tus párpados
como plazas de un mercado vacío.

desde un mismo brazo de la balanza
sacian la niñez con fábulas de fuentes.

Árido en su coronilla, toma al cepillo con sus dedos de guitarra. Ya azul, la melena sigue creciendo, ¿o será que la piel se deshidrata

"Ándenle no sean así, invítenla al juego".

Están las palomas, aletean. Fin del minuto. Silencio. Cientos de palomas vuelan hacia mí, me cagan encima.

¿Te vas a casar?

¿Cuándo?
Pronto
¿Con quién?
Conmigo
¿Quién eres?
Papá

Un brillo sutil entre los jazmines. Una palabra,
su textura.

Decir yo. Sin creerlo. Desapareces por completo.

Ante un espejo insulso
frotas tus párpados
como plazas de un mercado vacío.

Tú escogiste el vestido de mamá. Era negro.

Ya sin el vestuario,
abandonas ese y todos tus diplomas
detrás de bambalinas.

Cierras los ojos y tragas de un bocado la hostia de tu linaje.

Fueron vasos de unicel unidos por cuerdas de caña, las subidas en bicicleta y las frentes raspadas.

Árido en su coronilla, toma al cepillo con sus dedos de guitarra. Ya azul, la melena sigue creciendo, ¿o será que la piel se deshidrata

Están las palomas, aletean. Fin del minuto. Silencio. Cientos de palomas vuelan hacia mí, me cagan encima.

Ante un espejo insulso
frotas tus párpados
como plazas de un mercado vacío.

¿Te vas a casar?

¿Cuándo?
Pronto
¿Con quién?
Conmigo
¿Quién eres?
Papá

Cierras los ojos y tragas de un bocado la hostia de tu linaje.

desde un mismo brazo de la balanza
sacian la niñez con fábulas de fuentes.

"Ándenle no sean así, invítenla al juego".

Un brillo sutil entre los jazmines. Una palabra,
su textura.

INFANCIA SE TIENE EN PRESENTE,

En el pretérito

DE LO NO OCURRIDO.

Decir yo. Sin creerlo. Desapareces por completo.

Tú escogiste el vestido de mamá. Era negro.

Fueron vasos de unicel unidos por cuerdas de caña, las subidas en bicicleta y las frentes raspadas.

Sola
Entre peldaños de mármol
tiritas en la sala
y asumes lo irreversible:

Sara Camhaji

visualizar la voz del pensamiento.
pensar la imagen de la voz.
provocar al destino. jugar.
desde el azar, desde el suspiro.
entender la fuerza que enlaza
la imagen al nombre.
el nombre es una imagen.
la imagen es un verbo.
juega. nada es casualidad.
destino es juego.
todo es destino.

Este sitio es parte del proyecto"NO TOMES FOTOS DEL PAISAJE, TOMA RETRATOS, Y SI QUIERES, PON UNA VISTA DE FONDO", cuyo objeto creativo circunda el fenómeno de la memoria y su visualización conceptual. Así, Sara explora los diferentes lenguajes sobre los que la mente recarga su verdad y la forma en que construye nuestro mundo interior.
Acerca de
SARA CAMHAJI (Ciudad de México, 1986) es escritora, docente y mamá. Su trabajo es respuesta natural de las cosas que ha vivido y las dimensiones emocionales por las que, durante su vida, ha habitado. Narra y escribe desde que existe. La poesía —eje estructural de su búsqueda— ha generado en ella el desarrollo de nuevas formas discursivas, cuya cercanía con la realidad interior humana resultan encarnantes y muy apropiables por desgarradoras. Tiene una maestría en creación literaria, dos hijos y dos publicaciones liberadas; Maleza (Alboroto Ediciones, 2022) y el presente título. Algunos de sus poemas se han publicado en el periódico de poesía de la UNAM. Becaria en el 2017 por Asylum Arts y ganadora de la residencia artística The Peleh Fund en Berkeley, California para 2023. ¿Poesía narrada, narrativa poética? Sara escribe desde la voz de un archivo con vida propia, como el pensamiento de una máquina del tiempo, o desde la oscura sinceridad de quien no-sabía-que-tenía-que-vivir.
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